La ciatica, como se le conoce comúnmente, es un dolor, debilidad, entumecimiento u hormigueo en la pierna y es causada por una lesión o presión sobre el nervio ciático. Este nervio comienza en la región lumbar y baja por la parte posterior de cada pierna. La ciática es un síntoma de otro problema de salud. No es una enfermedad por sí sola. Hay muchas técnicas de Yoga para aliviar la ciática, practicar asanas de yoga de manera consistente, con una alineación correcta en las posturas es tremendamente útil en el tratamiento del dolor de ciática. A continuación te dejamos estas cinco pocisiones que te ayudarán a corregir esta dolencia.
Postura del niño extendido – Utthita Balasana.
- Colócate con las rodillas separadas, los dedos gordos de los pies juntos y te sientas sobre los talones.
- Estiras los brazos por encima de la cabeza, flexionas el tronco hacia delante y presionas con las manos hacia atrás para mantener pegados los glúteos a los talones.
- Estírate desde las caderas hacia las axilas y desde estas a las puntas de los dedos. Los hombros lejos de las orejas, Extiende los hombros hacia fuera manteniendo el húmero conectado con la escápula, y relajando la parte posterior del cuello se alarga y la frente descansa sobre el suelo.
- Empuja la pelvis hacia adelante y las costillas se colocan en la parte interna de los muslos.
Postura del perro boca abajo – Adho Mukha Svanasana
- Ponte de rodillas, con las manos firmes en el suelo, un poco más abiertas que la línea de los hombros. Separa bien los dedos de las manos. Las rodillas deben estar en línea debajo de las caderas. Deja caer la cabeza hacia abajo y siente estos cuatro pilares bien firmes en el suelo.
- Inhala, apuntala los dedos de los pies y apoyándote en ellos, exhala y levanta las rodillas del suelo, apoyando todo tu peso en las manos y la parte delantera de los pies. Los talones buscan tocar el suelo, aunque queden un poco separados. Eleva las caderas, haciendo que el coxis se proyecte hacia el cielo.
- Exhalando, presiona la parte alta de tus muslos hacia atrás, estirando bien las piernas. Lleva los talones hacia el suelo.
- Estira los brazos desde las muñecas hasta los hombros. Mantén la cabeza en línea con la columna y empuja los hombros hacia atrás, de manera que la parte superior de la espalda y los brazos creen una línea recta.
- Mantén la postura entre 1 y 3 minutos, respirando profunda y suavemente.
- Al salir, exhala, dobla tus rodillas llevándolas al suelo y quédate en la ásana del bebé (Balasana) para relajarte.
Postura del Puente – Setu Bandha Sarvangasana
- Acuéstate sobre tu espalda.
- Separa las piernas y dobla tus rodillas con una distancia de alrededor 25 cm de la pelvis.
Mantén los brazos a los costados con las palmas tocando el suelo. - Inhala, delicadamente levanta la parte inferior de tu espalda, luego la media y la parte superior. Apóyate en los hombros y toca la quijada con el pecho sin llevar la quijada para bajo. Apoya todo tu peso en los hombros, brazos y pies. Siente la firmeza en la región de tus glúteos. Los muslos permanecen paralelos.
- Si lo deseas, puedes entrelazar los dedos de las manos, luego empuja estos contra el suelo para así lograr que el torso vaya un poco más hacia arriba. O si prefieres, puedes entonces dar apoyo a tu espalda colocando las palmas de tus manos en la espalda.
- Continúa respirando profundo.
- Reten la postura por unos minutos, luego exhala y delicadamente libera la posición.
Postura del Muerto – Savasana
- Túmbate en posición supina.
- Ajusta el cuerpo para asegurar que la cabeza está centrada y la columna alineada. Los brazos están ligeramente separados del cuerpo y las piernas ligeramente abiertas.
- Las palmas miran hacia arriba y los dedos se curvan al relajarse la tensión.
- Cierra los ojos y céntrate en la respiración. Con cada espiración, libera la tensión y la rigidez muscular.
- Deja que el aire entre y salga sin esfuerzo.