La sonrisa no sólo cambia la expresión de la cara, sino que cuando se produce este hecho, el cerebro pone en marcha la liberación de endorfinas, hormonas segregadas por diferentes partes del cuerpo. La risa nos ayuda a desinhibirnos, establecer relaciones sociales, nos ayuda a vencer los miedos y a proporcionarnos una sensación de bienestar.
Los 10 “mandamientos” en la Terapia contra el dolor
1. El DOLOR es una categoría de complejas experiencias, no una única sensación producida por un único estímulo.
2. La NOCICEPCIÓN (señal de alarma de los tejidos corporales) no es necesaria ni suficiente para producir DOLOR. En otras palabras, el DOLOR puede ocurrir en ausencia de DAÑO TISULAR.
3. Una EXPERIENCIA DOLOROSA puede ser inducida o amplificada por amenazas REALES o POTENCIALES.
4. Una EXPERIENCIA DOLOROSA puede involucrar una mezcla de componentes SENSORIALES, MOTORES, AUTONÓMICOS, INMUNES, COGNITIVOS, AFECTIVOS y COMPORTAMENTALES. El contexto y el significado son de suma importancia para determinar la posible respuesta.
5. El cerebro mapea el procesamiento neural periférico y central de cada uno de estos componentes en múltiples niveles. Una aportación terapéutica en un único nivel puede ser suficiente para resolver una respuesta de amenaza.
6. La terapias que tienen más probabilidades de tener éxito en el trato del DOLOR NO-PATOLÓGICO son aquellas que:
– Van dirigidas a cogniciones inútiles y TEMORES sobre el significado del dolor y/o – Introducen movimientos en un contexto NO-AMENAZANTE interno y externo y/o – Aquellas que CONVENCEN al cerebro que la amenaza se ha resuelto.
7. Las terapias manuales y del movimiento pueden afectar los procesos neurales centrales y periféricos en varias etapas:
– transducción de la nocicepción en los receptores sensoriales periféricos
– transmisión de la nocicepción en el sistema nervioso periférico
– transmisión de la nocicepción en el sistema nervioso central
– procesamiento y modulación en el cerebro
8. Los mecanismos fisiológicos correctivos responsables de la resolución son INHERENTES. En situaciones de dolor no-patológico el terapeuta solo debe proporcionar el ambiente adecuado para la expresión de los mismos.
9. La longitud de los tejidos, la forma o simetría son malos predictores del dolor. Las fuerzas aplicadas durante un tratamiento manual común generalmente carecen de la magnitud y especifidad necesarias para conseguir cambios duraderos en la longitud, forma o simetría de los tejidos. Y si estos efectos mecánicos fueran posibles, la relevancia clínica para el dolor aún debería establecerse. Los efectos normales de la terapia manual se explican de forma más plausible como resultado de respuestas reflejas NEUROFISIOLÓGICAS.
10. El acondicionamiento con el objetivo de “fitness” y funcional o para promover la circulación general o la analgesia inducida por ejercicio pueden llevarse a cabo a la vez pero los puntos 6 y 9 deben respetarse.